Los protagonistas de esta sesión fotográfica newborn (que honestamente hice hace varios meses ya) son María Francisca, Gustavo, y su recién nacido Agustín: el escenario fue su hogar en Concón.
La primera parte transcurrió como generalmente lo hago, con diferentes mantitas y posiciones. Pero lo más entretenido fue que la nueva mamá planeó diferentes atuendos para Agustín, entre ellos diminutos tejidos encargados por internet y accesorios de bomberito, porque su padre es voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos de Viña del Mar.
En estas sesiones donde la diada madre-bebé tiene pocos días, me encuentro a veces con madres que están comenzando el camino de la lactancia, con todo lo que eso conlleva. Las luces y las sombras como dice Laura Gutman. Las aprehensiones, los miedos, las emociones a flor de piel, la felicidad absoluta y plena, etc.
Esta foto para mí es bien importante, porque María Francisca alimenta a su bebé con leche maternizada, y muchas veces, es una decisión muy difícil para nosotras las madres, optar por esa vía. Pero a todas esas futuras mamás que ahora me leen, les quiero decir, que ya sea leche materna o leche artificial, no duden que todo se basa en el amor y en el momento que se crea cuando alimentas a tu hijo. No hay mejor cuidado que el de mamá.
Cuando Gustavo se nos unió y completamos esta hermosa familia, quiso dejar plasmado su labor en la sesión. Lo divertido, es que fue a buscar su traje, y el ambiente calientito y con aroma rico de bebé que teníamos cambió drásticamente con el uniforme, el olor a quemado del traje hizo una mezcla particular.
Al comenzar a fotografiarlos, me invadió una sensación de emoción, porque me demuestra lo que arriesgan los bomberos al ir en servicio. El contraste de la fragilidad del bebé y su padre rescatista, es hermoso y una imagen muy potente.
Esta foto es una de las más famosas de la sesión, debo resaltar que Agustín es un lindo, se portó hermoso, durmió casi todo el tiempo, o sea se sentía cómodo y a gusto con mi presencia y feliz de estar con sus papás.
Esta bella sonrisa fue el broche de oro de esta linda sesión. Gracias a María Francisca y Gustavo por dejarme retratar su felicidad, Agustín sin duda fue, es y será un niño seguro y feliz.