Esta sesión familiar se centra en cuatro hermanas y su mamá Marian, quien, como a veces me pasa, me contactó porque yo había fotografiado a su amiga Rominna y había quedado fascinada con las fotos. La mayor del clan, Trinidad, tiene 15 años. Emilia tiene 7, Pascuala 4 y la pequeña Piedad, en ese momento, tenía 9 meses. Marian quería retratar a sus retoñas, con el objetivo de tener bellas fotografías con las que adornar los espacios de su hogar.
Las imágenes fueron tomadas en Villa Alemana, V región, y lo entretenido de ir a la casa de quienes retrato, es que debo adaptarme a diferentes situaciones lumínicas, fondos y momentos. Me encanta ir con el ritmo del lugar, ser parte de sus rutinas, de su día a día y que todos los involucrados se sientan cómodos con mi presencia.
Con Trinidad, Emilia, Pascuala y Piedad, no busqué “la foto perfecta”, porque con cuatro niñas en una misma foto es difícil lograrlo. La idea principal es reflejar cómo son: niñas alegres, carismáticas e inteligentes, cada una en su estilo.
Mientras estábamos en la dinámica fotográfica, paso por la cocina y estaba la nanita de las niñas, ordenando meticulosamente diferentes calcetines, todos sin par. “Son los calcetines “huachos” de cada lavado – me dice – no sé cómo pero siempre se pierde alguno, tengo un cajón de estos que no tienen par”. Jajaja me dio tanta risa que tuve que dejar el registro.
Un lindo momento fue cuando estábamos todas en la pieza de una de las niñas, su mamá peinaba a Pascuala, otra comía, otra nos contaba de sus logros gimnásticos y así el momento fluía. Estas situaciones de hermanas me llaman mucho la atención: Yo fui hija única hasta los 6 años y después tuve un hermano, por lo que tengo una fascinación especial con estos momentos de conexión femenina.
Son niñas preciosas, no sólo por dentro, sino también por fuera.
Piedad rodeada de sus hermanas, seguro será una hermana menor feliz y muy regalona.
Para esta foto subimos a la terraza de la hermosa casa diseñada por el propio padre de estas bellezas, e incluímos a su elegantísima mascota.
Terminamos en la sala de estar, con un revoltijo de piernas, brazos y pelos crespos y lacios. Así es esta hermosa manada de féminas fuertes y alegres. Gracias Marian por esta sesión, fue un regalo poder retratarlas, ver y ser parte de su mundo por unas horas.