Cuando llegué a casa de Paulina y Pablo en enero de este año, la primera imagen con la que me encontré fue la de un padre corpulento, grande, con robustos brazos tatuados, entregado a la delicadeza y ternura de su hijo recién nacido, Tomás. Rápidamente tomé la cámara y comencé esta sesión newborn que fue un hermoso encuentro con una familia que recién comenzaba su historia.
Tomás fue prematuro por lo que era un bebé que dormía mucho; esto hizo que fuera un poquito más fácil que de costumbre envolverlo, capturar pequeños detalles de sus posturas, tomarme el tiempo necesario para conocer a papá y mamá. Siempre considero por lo menos tres horas para este tipo de sesiones, ya que por lo general me encuentro con padres que recién están inmersos en este mundo caóticamente maravilloso.
En cada trabajo procuro ser versátil y sensible ante lo que va sucediendo en el mismo momento, respetar los ritmos de la familia, ya que, sobre todo en los primeros meses, la llegada del nuevo integrante es a veces abrumadora.
Pablo es aficionado al boxeo y quiere que Tomás tenga ese mismo amor al deporte. El contraste de tamaño de ambos es increíble pero la delicadeza fluye instintivamente.
Paulina, la hermosa mamá de Tomás, fue quien me contactó. Al conocernos hicimos conexión de inmediato, lo cual es fundamental a la hora de fotografiar a un recién nacido, ya que como el bebé cree todavía ser uno con su madre, si ella está relajada y cómoda, el niño también lo estará.
Ese momento preciso donde no puedes creer todo el amor que estas sintiendo, donde no hay límite, y sabes con toda la certeza del universo que ese amor te acompañará por siempre.
Me encanta esta secuencia, donde el padre rodea con su abrazo protector a mamá e hijo. ¡Véanle la expresión a Tomás! A través de Paulina siente todo ese amor y energía.
El contacto piel con piel es muy importante los primeros meses, el calor que entrega es único. En esta foto ambos padres proyectan ese cobijo a su retoño.
Siempre hay una mantita regalona que fue hecha con amor y dedicación por alguna abuela, tía o incluso mamá. Tomás duerme calentito en la suya.
Esas sonrisitas que si bien son reflejo de sus músculos, nos derriten y nos hacen soñar con un futuro alegre y feliz.
Agradezco todos los días a la vida por tener la oportunidad de retratar momentos únicos a familias que comienzan el camino de la paternidad. Tomás es y será un niño afortunado de crecer en un ambiente lleno de amor y dedicación. Gracias a Paulina y Pablo por la confianza en mi trabajo.
